Hoy: Lun, marzo 17 2025

AGENDA ECONÓMICA Y SOCIAL

Los datos revelados por el Dane sobre pobreza monetaria en Colombia generaron preocupación dado el aumento significativo del número de pobres que entraron en esta condición en el año 2020 (3.551.522) donde 3 de cada 7 colombianos no cuentan con los ingresos necesarios, y de esos 3, uno se encuentra en pobreza extrema.  Indiscutiblemente los efectos económicos (bajas tasas de crecimiento económico, aumento del desempleo y la informalidad) y sociales de la Covid 19 en el país se vieron reflejados en el bienestar de la gente. Los datos arrojan que la incidencia de la pobreza monetaria fue más alta en las mujeres que en los hombres en 6.6pp, y cuando se mira por rangos de edad, los jóvenes (hasta 25 años y 26 a 35 años) fueron los mas afectados con una pobreza monetaria del 50%. También aquellos con menor capital humano educativo presentaron una tasa mayor, como el caso de los que no tiene ningún grado de escolaridad y los que tienen primaria que fue del 49,6%, además los hogares más numerosos son más pobres; cabe señalar que la caída en el ingreso real per cápita de la unidad de gasto del quintil 1, esto es los de menores ingresos fue 24,6%. Esta descripción inquieta dada la privaciones y limitaciones que generan no solo por las condiciones materiales que influyen en estos resultados, sino los retos en materia de política pública que incorpore una visión diferencial teniendo en cuenta grupos más sensibles, y de igual forma una perspectiva integral que incluya dos agendas: la social y económica.

Es importante tener en cuenta que el mecanismo de transmisión de la pobreza y la desigualdad en el contexto de la pandemia, se dio por la afectación de los mercados laborales, el informe del Dane presenta información relevante, a nivel nacional la incidencia de pobreza monetaria en los desocupados fue de 69,1%, y desde la perspectiva de la posición ocupacional los patronos y cuenta propia presentaron una tasa del 50% casi el doble que los asalariados. Y desde la seguridad social (pensiones) el 52,4% de los no afiliados son pobres, mas del doble que los afiliados. Los efectos de la crisis tuvieron mayor repercusión en ciertos sectores de la economía que demandaban una fuerza laboral importante como comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida, construcción y explotación de minas y canteras.

Para el caso de Cúcuta A M la incidencia de pobreza monetaria fue del 53%, superior en 8pp a la del año 2019, lo que se tradujo en 72.689 personas que ingresaron en esta condición para el año 2020, además  el dato de pobreza extrema fue revelador,  pasó del 10% al 20%, siendo la segunda área metropolitana con mayor variación en este indicador; por otro lado, según situación laboral del jefe del hogar el 76,9% de los desocupados y el 48,3% de los ocupados son pobres, esta información presenta un panorama difícil y un reto a nivel territorial que exige poner realmente en el centro de la agenda pública el empleo y la pobreza, la agenda económica y la agenda social, y la articulación de varios actores (sector público, privado, social, academia y cooperación internacional) que construyan y promuevan  una ruta de largo plazo para el desarrollo social y económico sostenible; sin perder de perspectiva la gavilla de problemas que aquejan la frontera y el acumulativo de “deudas” históricas de la región que siempre generan incertidumbre.

¿ Qué hacer?, aunque las transferencias monetarias son un importante alivio para muchos hogares en la pobreza, no es suficiente para mitigar el problema, como sostiene el profesor Roberto Angulo “no pueden ser sustitutos del aparato productivo por buen complemento que sean, no pueden ser sustitutas del aparato productivo de una ciudad”, lo anterior hace necesario que a nivel territorial “aterricemos” el Conpes 4023 como una oportunidad de aunar esfuerzos para incorporar, adaptar y priorizar acciones en materia de empleo y pobreza; reconociendo la importancia del enfoque del Conpes en términos de interdependencia y complejidad de las dimensiones económicas, sociales y ambientales, y sobre todo los principios rectores que la caracterizan como la resiliencia e intersectorialidad, basadas en un horizonte temporal (corto y largo plazo) clave para la sostenibilidad.

Hay otra propuesta interesante, la del profesor José Gómez Gonzales que afirma que una política de subsidio y estimulo no garantiza que el mercado laboral se recupere rápido, propone al Estado como empleador de última instancia especialmente en sectores como la construcción y mejoras de la infraestructura física, esto favorece una red de protección para los mas vulnerables y afectados por la actual crisis, y también fortalece el capital humano de esta población. La gran tarea del desarrollo en el área metropolitana es contar con un sector productivo robusto, la generación de empleo productivo y de calidad, pero sobre todo superar la pobreza, es imperativo complementar la agenda económica y social, y que  la actual crisis sea la oportunidad para ajustar las prioridades.

Mario de Jesús zambrano Miranda

Coordinador programa Cúcuta Cómo Vamos Docente Unilibre

478 comentarios en “AGENDA ECONÓMICA Y SOCIAL”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio