Hoy: Lun, marzo 17 2025

¿Irnos o quedarnos?

Hace unos días, una persona me decía lo siguiente: “¿Qué haces en este país? ¡Vete! Si no tienes un patrimonio de más de 2 mil millones de pesos, ¿qué esperas para irte de Colombia?”

Lo anterior pude interpetrarlo de diferentes formas. Al principio encontré sentido en sus palabras, entendiendo el contexto actual. Las calles atestadas de jóvenes lo demuestran. Se respira un ambiente de rabia y frustración frente al marco social y político del país. ¿Por qué quedarse en Colombia donde solo el 11% de los jóvenes ingresados en el sistema educacional, según el DANE, pueden conseguir una oferta laboral acorde a lo estudiado? Aun cuando me encuentro laborando, pensé en las posibles opciones para irme bien lejos.

Momentos después, sentí indignación. ¿Por qué huir y dejar lo construido hasta ahora con trabajo y esfuerzo? ¿Por qué el condicionante para irse es no tener un gran patrimonio? preguntas con respuestas retadoras al sentir la desesperanza y el miedo por lo que viene.

Pues bien, para nadie es ajena la difícil situación vivida por cientos de jóvenes. La tasa de desempleo para este grupo no tiende a bajar (según cifras del DANE, se encuentra en un 23,5%). Nuestro sistema educacional no parece darles la talla a las ofertas laborales cada vez más especializadas, además de no tener foco en las necesidades del mercado, alejadas de las profesiones más estudiadas en el país. ¿Qué podrían hacer, entonces, los jóvenes en un entorno marcado por la corrupción y la falta de políticas públicas que respalden el empleo y la estabilidad laboral?

Según esto, entendería que el camino de quedarse es cada vez menos atractivo y más cuando el cambio no viene enmarcado en un corto plazo. Sería insensato aconsejar a los que se pueden ir que se queden. ¡Huyan si tienen cómo!

Pero si muchos pensáramos así, si varios excavaramos la opción de irnos hasta lograrlo de alguna forma, ¿qué sería de este país?

Es complejo meter las manos al fuego por Colombia, donde la mayoría de instituciones están infestadas de corrupción; sin embargo, en mi opinión, no todo está perdido. Nunca antes una generación de jóvenes había estado tan interesada en la política con intención de no votar por intereses individuales sino colectivos. Si logramos escoger gobernantes con propuestas acordes a la realidad deseada, damos paso a sectores productivos listos para capacitar y emplear la fuerza laboral y se implementan reformas al sistema educativo, habría destellos de esperanza.

A pesar de lo anterior, somos muchos los indecisos que perdemos cada vez más la confianza. Nos preguntamos si alcanzaremos a ver la transformación, pues envejecer acá se vuelve un proceso tedioso si no se demuestra una voluntad real intergeneracional; no solamente debe recaer la responsabilidad en los jóvenes.

Así entonces, queda solo un camino y es trasladar la indignación de las calles a las urnas de votación. Ya depende de cada quien hacer parte del cambio o esperar al cambio para tomar decisiones. Ojalá no nos sigamos equivocando para que las próximas generaciones no tengan que verse obligadas a irse como sea, pues para las actuales, la balanza sigue inclinándose hacia explorar tierras ajenas a la nuestra.

Juliana Ramírez Herrera

1.197 comentarios en “¿Irnos o quedarnos?”

  1. En lo personal. Y viendo la politica actual de Colombia, considero que no tiene nada de malo en pensar en migrar. Estamos a un año de elecciones y puede ganar el socialismo. Le tengo terror a esa idea. Pienso que estamos a un año de buscar opciones, siempre es bueno tener un plan B por si nuestro idea de país no prospera…

    Excelente tema

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