Hoy: Sáb, noviembre 15 2025

La anunciada realidad del sistema de salud colombiano, expuesta por una pandemia

“Más allá de la infraestructura en salud, el talento humano asistencial y el déficit de atención especializada, juega un papel fundamental el desprestigio y deterioro de la figura del profesional de salud que, sumado a esto, deterioran la relación entre el personal de salud y el paciente y configuran más que una problemática, una realidad latente en la última década y donde el acceso a los servicios de salud depende, en su mayoría, de terceros o recursos propios”.

Al abordar la problemática social a partir de la cual se originan todas las estrategias conocidas hoy en día referentes a la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, nos damos cuenta de que su interés abarca no solo la parte administrativa de un sistema de salud, sino que va muy ligada al contexto social, demográfico, ambiental y las condiciones propias de vulnerabilidad o acceso a ciertos recursos que pueden perpetuar aún más las condiciones clínicas, patológicas y físicas que condicionan el proceso salud- enfermedad.

Elaborar una comparación entre las lógicas que guían la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, con el fin de aclarar sus rasgos distintivos y proponer, desde su diferencia, la articulación de las acciones en una política de salud integral, es la meta e ideal a lograr en los sistemas de salud, no solo el propio, sino a nivel universal.

Humanizar la atención de los servicios de salud y entender que el contexto de los pacientes influye en el desarrollo, control y seguimiento de sus patologías, es fundamental; no es lo mismo tratar, generar estrategias poblacionales caracterizando la población y sus condiciones sociodemográficas y contexto, e individualizar los pacientes y su entorno familiar, que generalizar y crear políticas globales sin ver las condiciones propias, sociales, económicas, educativas, costumbres, creencias y  nivel de acceso a los recursos mínimos permisibles.

Si queremos lograr cambios que perduren en el tiempo, no solo en el sector, la reflexión a realizar está enfocada sobre las dificultades y los obstáculos que existen para asumir la especificidad de la promoción de la salud en el modelo de atención del que somos partícipes y del cual como actores del mismo debemos enfocar las estrategias dirigidas a la población, individualizando cada paciente y ofreciendo atención en salud de calidad, enfocada en el paciente, su entorno y el contexto social.

Más allá de la infraestructura en salud, el talento humano asistencial y el déficit de atención especializada, son una problemática latente en la última década que juegan un papel fundamental y donde el acceso a estos servicios depende en su mayoría de los recursos propios de los usuarios.

La pandemia actual ha permitido fortalecer la infraestructura hospitalaria y suficiencia estructural en gran parte del territorio nacional, no así la suficiencia en talento humano, el apoyo al gremio de la salud, su valor propio y rol fundamental en la sociedad al estar en el frente de batalla con los recursos mínimos en algunos casos; es ahí donde debemos exigir a nuestros mandatarios para generar políticas de inclusión, que mejoren la calidad y condiciones laborales del gremio de la salud, se invierta en tecnología, en accesibilidad, en recursos, en igualdad de atención y logremos tener el cuidado en salud que todos esperamos sin importar el nivel socioeconómico.

Estamos expectantes a una vacuna para combatir el coronavirus, pero llevamos décadas sin encontrar la solución o una respuesta a la desigualdad y corrupción que generan mayores tasas de mortalidad, sumados ahora al deterioro progresivo de la figura del profesional de salud, sin importar el atropello por rango social ni figura pública, vulnerando nuestros derechos y generando violencia y rechazo social en un país en el que ya es costumbre el maltrato al profesional de salud desde sus condiciones laborales hasta su actuar. Es el momento de generar un respaldo por parte de las entidades correspondientes y poner en su lugar a quienes maltratan el personal de salud sin ver sus sacrificios que se basan más en la vocación de servicio y escasamente se ven remunerados en su esfuerzo, dedicación y sacrificio.

Luis Martín Rey Silva

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